viernes, 21 de diciembre de 2007

Tenía que Hacerlo <.


Tenía que hacerlo. Tenía que sincerarme conmigo misma quisiera o no. Y encontré respuestas a mis preguntas que me dejaron demasiado desconcertada. En el fondo, siempre lo supe y quizás eso me dolió mucho más. Porque viví mucho tiempo engañándome a mi misma queriendo ser, alguien que realmente no era. Queriendo encontrar en una persona lejana a mi, la forma de ser feliz, pero antes de llegar a eso, encontré la forma de ser feliz, a mi manera. Y en eso me mantuve todo este tiempo, pero resultó ser una mentira. Duele, nadie dijo que esto era fácil. Quizás la felicidad no me pertenezca. Juré tantas cosas y ¿para qué?... Ahora que lo vuelvo a pensar por tercera vez, me doy cuenta que los sueños eran mucho peores que la realidad, sin embargo ellos me dejaban feliz. Porque las pesadillas ya no lo fueron más... Y las hojas secas ya no están junto a mí. Sólo hay... Nada. Aun no entiendo cual es el problema que tengo conmigo. Que me habré hecho que no puedo vivir con mi alma otra vez. Me lo pregunto una y otra vez, pero claro, no hay nada. Y probablemente, cuando siga sincerándome y encontrando respuestas a mis preguntas, vuelva a llorar como hoy, vuelva a quedar desconcertada...Y en el fondo no va a importar porque claro, yo...
Tenía que hacerlo.

Li<.

domingo, 16 de diciembre de 2007


De la ventana hacia fuera, la carretera empapada en lágrimas que caían del cielo,


con nubes vigilando los rayos que golpeaban las casas de madera.

Y un frío capaz de condenar a cadena perpetua cada estación, cada parte de la carretera.

De la ventana hacia dentro,

mis dedos dibujando mi nombre en el vidrio empañado con el calor humano,

y mi otra mano sostenía una carta,

escrita a tinta negra en hojas amarillas como siempre me han gustado,

con aroma a ti y con tú letra.

Una lágrima en mi cara, mis manos heladas.

Mi mente piensa en lo que haré. En lo que va quedando atrás.

No me arrepiento. Será una virtud…

He pensado entre estos años no me di cuenta como cambié tanto.

Y pienso una y otra vez, que si llegara a vivir gente al pueblo fantasma,


se perdería toda su magia.

Se hizo de noche.

Llegamos.

Guardo tu carta en el bolso, lleno de cosas inservibles pero que siempre me acompañan

No pude terminar de leerla, la emoción fue más grande.

Pero cuando creía que algo me ataba a ti.

Me di cuenta que podía seguir caminando sin dificultad.

Y de la ventana hacia fuera.

El aire seguía anestesiándome como la primera vez...

Mi abrigo negro se movía, mi pelo al viento…

Y la última lágrima, se perdió entre las lágrimas del cielo.

Li<.

sábado, 8 de diciembre de 2007

Piezas de Dominó.

Una emoción tras otra cayó en mi cuerpo.

Como piezas de dominó que se reflejaron en cada corte de mis brazos.

Mis manos partidas, cansadas de un trabajo duro que no da frutos.

Y así un sin fin de cicatrices, costras y fantasmas que veo a diario.

En estas tardes de invierno, entre la ventana y mi cuerpo se refleja un pensamiento

Antiguo, envuelvo en una sábana que dejé de usar tiempo atrás.

Ahora que lo pienso el pasado entre recovecos confusos, quiere estar sea como sea en el presente. Y el hoy, mañana ya será pasado.

Entre recuerdos de pensamientos vagos, llegué al fin a la decisión drástica de aquel día, aun lo recuerdo… Si aun lo recuerdo.

La infancia que te permite soñar con libertad sin importar, el dinero, los sentimientos, la familia o la amistad, y ahora que lo irreal puede ser real.

Y que entre sueños he podido despertar.

A un paso de…

¡Ah! Como decirlo…

De encontrar la libertad deseada.

Algo hace que todo esto que está envuelto en mi sábana.

Caiga nuevamente como piezas de dominó.

Como piezas de dominó.

Li<.

martes, 4 de diciembre de 2007

Madrugadas amargas.



Tres de la mañana.

Frente a mis ojos la pantalla del computador

Miro hacia el lado y una torre de papeles por montón

Que llenar aún.

Un cigarro tras otro, las colillas se van acumulando en el cenicero

Como colección. Hasta cuando ya no caen más, van rumbo al basurero.

Que entre papeles arrugados y distorsión de fotos quemadas, sigue vivo el maldito recuerdo.

Mis ojos rojos y cansados, agotados de tanto llorar y ver tras el fuego su mirada que penetra la mía, de pronto una lágrima todo lo cicatriza.

Pero es superficial. Y de repente esas ganas que tuve de amar recibieron una metamorfosis algo irreal.

En este encierro, las cortinas negras flamean porque el viento que hay allá afuera es magno.

El humo de mi cigarro número… se pierde en el techo blanco que no dice nada.

Y entre tantas y tantas palabras que dejaste en el buzón de voz

Ya nada es válido.

Cuatro de la mañana… Poco ha bajado la pirámide de trámites.

Suena mi celular. Tu foto y un nuevo mensaje que rescatar

Pero lo elimino sin querer leer, sin querer hablar.

Aprieto contra mi pecho el oso gigante con olor a ti.

Y abro la bolsa de basura que en dos horas más se llevará el camión.

De repente miro a mí alrededor, mi departamento blanco con grandes ventanales

Con una vista que yo dibujé. Y ya no queda nada porque todo era de ti.

Cinco de la mañana, ya no quedan papeles que llenar, ni mensajes que leer

Mucho menos fotos sonrientes que quemar.

Todo se acabó.

Seis de la mañana… Y ahí va envuelvo en una bolsa negra el oso con olor a ti.

Lavo mi cara porque hoy es otro día, y sea aquí o allá de alguna forma hay que sobrevivir…


Li<.

sábado, 1 de diciembre de 2007

¿A cuanto estamos?

Ahí. En ese instante donde la espalda va alfín al encuentro de la cama,
las vértebras suenan un tanto y el cuello se deja caer en la almohada.
Ahí, pasó por mi cabeza el recuerdo de que en siete días más
se efectua la decisión drástica que tomé hace meses atrás...
Ligeramente, el corazón va tomando otro ritmo de vida, queriendo correr y yo con mi mano lo apreto para calmarlo. Pero no lo logro. Se agita de a poco mi respiración, mi mente va como máquina resumiendo 24 horas de un planeta totalmente diferente a este.
Mi cuerpo se congela. =|
Wow! no siento mis piernas... Me volteo en dirección a la ventana con posición fetal.
Tomo el rosario, dos vueltas en mi muñeca y la cruz siempre reposa en mi palma.
Luego el pendrive me ofrece "Tal como eres" La escucho la canto la tarareo.
Puaj! olvido las pastillas, me las tomo, el efecto demora 5 minutos en llegar.
Filete igual, ya empiezo a agonizar a sentirme sin querer drogada sin cargo de cosciencia. Por algo el tipo estudió 7 años más un pos-grado en nose que país, Cuba; creo y volás que uno se entera no por el, si no por otra gente.
Después le sigue esa mezcla plathética de angustia, dolor, pena tristeza, deficiencia "Of myself" y cuando ya estoy a punto de llorar
miro la hora veo que son las 4:45 pienso que en 2 horas y 30 me levantaré.
Cierro mis ojos.
Duermo...
En ese periodo sueño cosas que desearía pasaran en la realidad, o que probablemente las despacharía 100% de mi vida.
Despierto.
Y ahí voy. haciendo funcionar nuevamente la máquina recordando que será de mi hoy.
Que será de mi mañana
Ah pero...
¿A cuanto estamos?
Uh...
Vuelvo al comienzo.


Li<.