miércoles, 31 de octubre de 2007

Amanecer <


Hoy desperté de un sueño muy hermoso. El paisaje me mostraba un cielo azulado con un poco de frío matinal, algunas montañas y flores varias.
Despierto, como cualquier día de los que tantos he vivido.
Pero al sentarme sobre la cama, veo que cada herida ha sido reabierta.
Estoy sangrando, mis brazos y mis piernas, lo que más me duele son las espinas enterradas en mi pecho, de la rosa que él me regaló. Me asusta sacarlas. Porque estas heridas no son superficiales, son de muy adentro, me atrevería a decir que casi tocan mi corazón porque me cuesta respirar.
Intento pararme pero mi cuerpo es insostenible; intento gritar pero nadie me escucha estoy sola. Recuerdo mi sueño, donde todo fue como yo quise que fuera, donde las cosas salieron perfectas y sólo recibí orgullo de la gente, de ese orgullo emocional, de ese orgullo que se infla el pecho.
Asumo que sentí frío, pero tuve abrazos que supieron abrigarme. Caigo fría al suelo.
Entiendo que mis heridas están muy poco dispuestas a sanar.
En mis manos hay espinas. Pero busco la forma de desenterrarlas de mi corazón.
Grito, como nunca he gritado en mi vida, y lloro como si el mundo se acabara.
Pero nadie me escucha, porque estoy sola.
O quizás porque ya sea demasiado tarde.
No hay cura a esta enfermedad.
Intento hacer un muro entre el pasado y el futuro y me resulta esto. Un amanecer lleno de dolor.
Porque la flor por más hermosa y fructífera que sea, aunque esté en el desierto no sobrevivirá.
Hoy comprendo que hay heridas que se vuelven a abrir. Y que odio volver a mi realidad.
Son las 7 a.m. Y pienso que faltan aun 19 horas para volver a soñar.




Li<.


domingo, 21 de octubre de 2007

21 de Octubre


Antes de escribir fui al baño en busca de pañuelos porque sabía que esto terminaría mal.
frente a esta pantalla he llorado tantas veces que perdí la cuenta. Como he perdido la memoria.
Generalmente se lo que me pasa. se porqué río, porqué lloro, y cuando lloro según la intencidad también se que cosas se adiheren al dolor. Pero hoy; es un día que quizás nunca olvide. No hay fechas de cumpleaños, ni aniversarios de muerte. Sólo es un 21 de octubre donde siento que el cuerpo no me lo puedo y mucho menos el alma.
Me deprime el doble pensar en la espantosa semana estudiantil que se asomará mañana a eso de las 8:00 am. Todos hablan de lo trágico que será "biología" y yo ni si quiera tengo la materia. Tampoco haré el esfuerzo de tenerla. Siento que el día se ha hecho eterno, ya no se diferenciar si es, porque es domingo, o porque de verdad, la sensación que tengo adentro es tan desolada. Si tan sólo tubiera la tranquilidad de que nada malo pasará. Sería tan feliz.
Pienso que en un minuto se pueden destruir años y años. No me arrepiento, al contrario es; un aprendizaje más a la colección, lo cual me ha debilitado de manera inesperada. Pero la Fe, que de a poco ha ido decayendo está aun vigente. No me quiere dejar y eso me da aire para respirar.
El nudo en la garganta, la falta de apetito, el dolor de estómago (nervios) no se que me lo podría quitar. La ducha no dio resultado. Quisiera estar en estado vegetal. o quizás en agonía.
He pensado en los métodos para dejar de sentirme así.
Pero el miedo es mucho más fuerte. Y aunque ame estar sola en casa, reconozco que me hace demasiado mal.
Yo sabía...
Iré por el segundo pañuelo.

Li<.

jueves, 18 de octubre de 2007

Shit <


Subo al colectivo. Bajo el vidrio. Caigo en depresión porque al prender el pendrive dice “Low Power”. Por mi cabeza pasan una serie de pensamientos que entre buenos y malos forman un pequeño dolorcito de cabeza. Iba todo bien hasta qué; llego a ese pensamiento. El mundo se me cae (se MÉ cae, porque estoy hablando egoístamente de mi mundo no más) me avergüenzo, intento recogerlo de la manera más rápida posible como quien recoge conchitas de mar sobre la arena. “Por la avenida o por el cementerio señorita” –“Da lo mismo voy al paradero, gracias” Me bajo, pienso que la vida sin música es tan testaruda y sin sentido. Entonces canto; internamente y la canción primera que llega a mi cabeza es “Otra historia” de Insite (es que no encontré nada más triste, y en fondo no sé si odio o no; ser mamona del calibre de “mamonidad” que poseo). Llego al fin, nada fuera de lo común, sólo que al abrir la puerta percibo de inmediato ese olor a ausencia familiar. En efecto, no hay nadie en casa. Estoy a 40 minutos de empezar mis clases, que cada día me convenzo, son para perder dinero y dejar a una persona menos cesante en este país. Ah y claro, para aprender, lo cual no me hace sentir más culta, sólo un poco menos monolingüe.

Ahora que recuerdo, mientras venía por Ortúzar (Mi calle favorita para mirar las flores, y ataúdes que el mercado ofrece a los difuntos) Pensaba en que odio que un pensamiento tan pequeño literalmente “Me cague” (como dijo un amigo por ahí una vez) Odio la contradicción y cortocircuito que esto genera en mi cabeza, y odio más del ochenta por ciento de mi vida, y de no saber como manejarla. Y esta vez, (por que es obvio que mis palabras no sorprenden y suenan cada vez más repetitivas) no es ironía, al contrario. Es toda la verdad.

Y precisamente hoy, hablando de la muerte maduramente, con una serie de amigas, sólo meses menores que yo, he comprendido que mi vida no tiene gran valor, porque en casos como este, lo primero que pasa por mi cabeza… (Fuera de odiar esos tres minutos matutinos donde me esfuerzo inhumanamente por recordar que día es, que hora es, que debo hacer, que pasó ayer, porqué esta vez odio ir al colegio, y que estaré mal porque hay sol, hasta al fin preguntarme quien soy) Es que la muerte a toda costa vendrá a mí, porque yo la llamaré, cuando la noticia final, sea positiva.

P.D.: Odiaría que dijeran si, te entiendo. Porque esto nadie lo sabe (Solo tú). Y sé que nadie lo sospecha.

u.U!

martes, 9 de octubre de 2007

Muérete!



Siempre fuiste mi norte y mi sur. Mis afueras y mi centro.

Y ahora que te fuiste, ahora que tu muerte cortó mis alas para volar alto y llegar a ti.

Justo ahora, he perdido mi brújula.

¿Por qué me dejas ahora? Ya no se a donde sigue mi camino.

Por qué tenías que morir justo ahora que aprendía a tomar tu mano.

¿Sabes? Llevo noches llorando, llevo días intentando asumir que tu ausencia será infinita esta vez.

Pero me duele.

A cada parte de mi cuerpo se ramifica el dolor, y se hace más y más fuerte.

Me deja inmóvil, casi vegetal.

Llevo días sin comer, sin moverme de esta cama envuelta en sábanas que aun tienen tu olor.

Parece que esa es la ley de la vida. Tu descansas ahora pero, ¿Y nosotros?

¿No pensaste en cada uno de los que estamos aquí? Desde el cielo no puedes sentir mi dolor.

Ahora lo entiendo todo. Ahora entiendo cuando me decías que no había otra solución. Que te sentías atrapado, Y creíste que cortando tus venas se arreglarían los problemas ¿verdad? … Pero te equivocaste.

Y mis lágrimas no te harán volver.

¿Sabes?

Jamás podré olvidar esa voz por el teléfono. Diciéndome que no estarías más aquí.

¿Por qué tenías que ser tan egoísta?

Pero está bien, se que nos encontraremos algún día, no muy lejano.

¿Sabes?

Jamás podré olvidar esa voz, tu voz…

Diciéndome “Te Quiero”

Li<

jueves, 4 de octubre de 2007

Hacerme Llorar~~*


Hacerme llorar.

Todo va en decadencia. Todo se reúne a palabras simples. Palabras con rodeos, que no dicen nada.

Que intentan ocultar el temor al rechazo.

¿Y qué te mantiene aún aquí, si ya perdiste?

De repente me cansé de sentirme derrotada. La idea es llevarme la contraria, aunque me encuentre la razón. La idea es verme en el suelo, aunque goce de mi alegría.

Porque el la crea y la termina. Lo sabe, pero le gusta hacerme llorar.

Él cree que no. Pero una mujer puede notar cuando un hombre la desea.

Más que su cuerpo, su sonrisa, más que sus carisias sus palabras.

A veces me aburro. Me canso, porque soy un humano. Extraño, pero humano al fin.

El sabe que deseo huir de aquí. Pero me retiene.

Porque más allá de quererme o no a su lado. Le gusta hacerme llorar.

Intento equilibrar las cosas, estoy dolida. Pero las llagas están frescas aún. Y pienso que si sigo así, ya no habrá partes de mi cuerpo donde haya heridas que curar.

Mucho menos en mi alma. Que de a poco fue perdiendo su luz, pero la estoy buscando en cosas que me llenan.

Siento ira, me decepciona sentirla. Pero no la puedo controlar.

Aunque queda encerrada en mí, porque no soy capaz aun, de mostrarla al mundo.

Él, el sabe que la siento. Porque de cierta forma el la produce.

Y la produce con fuerzas, para consolarme luego.

Pero más allá de querer regalarme un abrazo, más allá de ofrecerme sus manos que las confundo con garras, él, quiere hacerme llorar.



Li<