martes, 24 de julio de 2007

Adiós


Intento sostenerme a una realidad que no me acomoda. Pienso que me queda mucho por recorrer aun.
Sigue esa gente de mierda mirando con escrúpulo como si uno fuera una especie extraña dentro de este planeta. Los altos menosprecian a los bajos como si tubieran mayor autoridad, los bajos miran con ese deseo de ser por un día altos. Las feminas resentidas con los hombres, sacan su lado feminista queríendo que por unas horas, sólo unas horas estos sientas lo que es ser mujer, lo dificil que es ser mujer. Y ellos machistas no reconocen que por muy extrañas que sean, no pueden vivir sin ellas.
Los gordos desando ser flacos, miran entre la comida chatarra que sostienen en sus manos, y los flacos que caminan felices en las calles. Optan por satisfacer sus deseos. Y siguen comiendo.
La Falta de voluntad es una prueba de la poca Fe que nos tenemos.
La Mayoría de las veces opto por pasar desapercibida. Hay gente que ama llamar la atención de aquellos ojos que no tienen vida propia y se dedican a destruir vidas agenas.
Nunca estaremos conformes, Siempre queremos llegar más allá, lo cual no es malo si lo tomamos desde el punto de superación. Pero una vez conseguida la meta, vamos por otra más alta e inalcansable... ¿Y para que? Para claro, seguir conformandonos, para decir que somos seres humanos y que nadie es perfecto en esta vida de mierda. Para seguir con la mirada estúpida al cielo creyendo que de este, caerán pétalos de rosas rojas.

Li <

lunes, 23 de julio de 2007

Li


Ella busca por los caminos en los que ha recorrido

Alguna señal para seguir caminando hoy.

Ella oculta tras esa mirada el sentimiento más…

Más horrible.

Y siente que odia, a todos, a ella… Es odio al fin el que siente.

En sus sueños se rebusca el anhelo perdido en tanto rencor

Las ganas de amar retenidas por el dolor

Caer al precipicio solo sería un sueño más

Perdido entre tantos sueños de pasión, congelada.

Congelada por la presión de la realidad

Y de tanto mal engaño que ha recortado sus alas.

Ella solo se deja deleitar por el tacto de sus sueños

Y el tiempo se enamora, y se decepciona con el recelo.

Está buscando un horizonte, donde el sol siempre se esconde

Está perdida en el desierto, buscando un mar, buscando un suelo

El destierro de su juego la llevó hacia la verdad

Desde el cielo hasta el infierno solo un paso al llegar

El destino fue comprado a mano viva del celestial

Ese ángel que protegía sus espaldas dejó de hablar.

Sin mirar, sin escuchar solo sumió más su perdón

Sin hablar, sin respirar su cristal se partió en dos.

Y pegado a esa noche el amanecer resplandecía con su luz

Y cuando deje de alumbrar, se encenderá el dolor que lleva dentro

Ella sólo quería hablar, con palabras tiernas.

Que fueron interrumpidas por palabras que quemaron el silencio.

Hay noches que se apagan cuando duerme.

Hay juegos que ella sabe que pierde, pero sigue jugando.

Ella ve como caen a pedazos cada parte de su cuerpo

Y de sus lágrimas puede apagar el fuego.

Se estremece su cuerpo cuando la abraza la ironía

Disfrazada de alegría. Solo respira hipocresía.

Solo sabe que bajo cualquier circunstancia

Cero punto de unión…

Entre su cabeza Y entre las tinieblas, su corazón.

Yo


Sólo sentí que mi último deseo era salir de este cuerpo en el que estoy encerrada.

Mirarme al espejo desató lo que se aprontaba hace días atrás.

Vi con exactitud lo que no deseaba ver, y comencé a discriminarme como nunca lo había hecho antes. Y pese a que vez que lo hago, vuelvo a encontrarme con un alma con más defectos a la colección; no logré esa instancia de paz que suelo encontrar cada vez que esto sucede.

Intento pensar que todo es pasajero, que la vida llena de altos y bajos una vez más se cargó al suelo y que pronto volverá a subir a las nubes. Nubladas, frías, pero nubes al fin.

Me sentí miserable, del tamaño de un grano de arena en el mar, me sentí parte de los cambios que no planificamos, simplemente ocurren.

Pensé en reiteradas oportunidades que mi camino ya no tenía más vías. Que al laberinto por alguna extraña razón; pero justa, no le quedaban más salidas y sólo queda esperar a que el tiempo desgaste lo que queda de mí.

Tuve la oportunidad pese al encierro, de ver la luz en pequeños rayos que daban por alto lo que estaba ocurriendo en aquel entonces. Hoy, a dos días de lo ocurrido, sigo sintiendo las mismas ansias de reprocharme y decirme todo lo que los demás, por miedo a hacerme sufrir no dicen.

Li <

Quizás respirar otro aire, más frío… Sirva de algo.