lunes, 21 de enero de 2008

Y lo vi partir...

Y partió en la tarde más hermosa y más triste de las tardes.
Con un sol avergonzado queriendo esconderse tras las montañas nevadas aún.
Y partió, queriendo partir... Con la preocupación de no dejar sólo su rebaño... Pero nos encargó antes de partir, y se fue feliz... De haber hecho todo lo que tenía que hacer aquí. El cielo está gris ahora, a punto de llorar el cielo acompañándonos en este dolor interminable.
Lo último que me dijo fue "Rumi" porque nunca pudo decirme "Romi"...
Besé su frente helada cuando ya era tarde. Mis lágrimas ya no paraban y mojaron un poco su rostro.
Su cuerpito helado, sus manitas heridas por tanta inyección...
Sus bigotitos tiernos ah! su sonrisa...
Recuerdo cada palabra que me dijo en vida, lo recuerdo todo.
Que estudiara su chiquilla para que tuviera un buen futuro. Que no me fuera pa'llá porque iba a echar de menos mi país.
Y así como se ramificó su enfermedad en el cuerpo, nuestro dolor se ramifica a cada parte del alma y el corazón.
hai mi Dios! Sólo tú sabes porqué haces las cosas...

Li.

No hay comentarios: